jueves, 27 de febrero de 2020

Día 4.

Ok, ayer no escribí, pero en realidad no me daba la fuerza, estaba haciéndome la que estoy bien para que mi marido no sufriera tanto con mi mal/estar, no es fácil, para nada, pero en esto de dejar de ser egoísta y vengativa con el mundo, he decidido dejar de cargarla con el todo, y cargarla con el uno.

Martes no fue un buen día, aunque estoy aprendiendo a agradecerlo, mi jefecito, el doc, decidió no renovarme el contrato, la verdad es que no lo culpo, me vio en plena crisis, desestructurada a morir, y si yo fuera él tampoco me habría renovado, una persona que emocionalmente está pa'l gato no puede atender a otros que muchas veces, sino siempre, están peor que uno. Me las lloré todas, pero no de rabia, sino que de pena, de frustración, de ganas de mandar todo a la super chucha y pegarme el balazo, pero no por perder la pega, no, sino por no haber sabido parar cuando me lo dijeron no una, sino mil veces en los últimos 3 meses. Debí parar cuando un gran compa de pega me dijo con su acento venezolano "ya parale con tu paranoia" ahí debí decirme a mi misma "misma, algo no anda bien", pedón amigo por no contarte lo que ha pasado, no me daba la cara ni el alma para contarte, si te dio tanta lata que no siguiéramos juntos en la misma área, no pude con la carga de decirte que ya simplemente no seguiríamos trabajando en el mismo hospital. Pero no te preocupes, que sé que vas a leer esto, voy a concursar, voy a estar mejor, y lo voy a dar todo por volver.

Miércoles, se inicia el proceso de cambio, decidí levantarme de la cama a la hora del lolly, dormir el día entero, no tenía ánimos de nada, si hasta amanecí agripada y sin voz, pero bueno, sabemos que la somatización es lo mío (si no explota uno, en serio, explota el cuerpo, no hay de otra). Peeeero... no todo es tan malo como mi limítrofe cabeza me quiere hacer creer, ayer conocí a mi psiconutricionista (sí, that's a thing) y me empecé a dar cuenta, en solo una sesión, que mi problema con la comida, en realidad es un problema conmigo misma, que la enfermedad mental es también una enfermedad al ego, y que el ego, como diría la Consu, es un perrito que hay que domesticar, está en mi cabeza, no afuera, libre, salvaje. Vamos que se puede.

Jueves, hoy es distinto, hoy mi maridito lindo preciosos (mamona, sí lo sé) fue a trabajar a la oficina, hoy tengo permiso para mí, solo para mí, de ver Vikings en pijama, comer en el sillón y regodearme en la suciedad de la casa, pero hasta como las 18.00 no más, que después llega el rucio y no me puede ver así, sabe que estoy mal, pero pa'qué cargarlo con más digo shó, que bastante ha tenido con esta mujer descompensada desde octubre, desde el estallido, desde que me perdí.

Entonces, metas de este mes, es hora de ponerlas, de movilizarme, de avanzar, de estar bien, por mí, por él, por mi gente, y porque quiero mi pega de vuelta, la amo, así que vamos con todo, sino ¿pa qué? Se viene el decálogo de normas de funcionamiento:

1. Hacer la tareita del diario alimentario que me dejó la Consu, no es fácil porque hay que terminar felicitándose, pero hay que lograr resignificar la relación con la comida, así que vo' dale.
2. Escribir diariamente en este lugar, escupir a la infinidad del internet, veamos si alguien lee y le sirve, nunca se sabe, como diría mi amiga/jefa/compañera de pega capaz que me haga hasta famosa (me tiene fe, aunque se me olvidó durante un rato)
3. Volvamos al deporte, no porque me odio, sino porque me amo y le hará bien a mi estabilidad emocional.
4. NO DEJES LA TERAPIA AUNQUE LAS DEFENSAS TE DAN TREINTA EXCUSAS.
5. Agradece diariamente a la vida que te cruzaste en el camino con gente increíble, desde mi peluquera que ahora es mi amiga, hasta mi amiga que fue mi jefa.
6. Mantra: eres buena psicóloga, ese no es el problema.
7. Ley de este año: vamos de a poco, paciencia.
8. No te sobre exijas, no vale la pena.
9. Incorpora hábitos, ya basta de dormir hasta las 12.00 y estar en pijama el día entero.
10. No te maltrates, tener un problema de salud mental no te hace menos, no te hace incapaz, ni es excusa, así que pa'elante.-

¡Vamos mierda que se puede!

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