miércoles, 5 de diciembre de 2012

Fin. Eso es todo. Fin... Fin... así de simple.. Fin. Tres letras, ni más ni menos que tres letras, y resulta que pareciera que esas tres letras rigieran nuestras vidas.

Tanto miedo que se le tiene al Fin, ¿para qué temerle tanto? Al final, todo tiene un comienzo y por consiguiente un Fin ¿y qué tanto que haya un fin? TODO TIENE UN FIN. No entiendo porqué solo escuchar esas tres letras articuladas en una frase en nuestras mentes puede implicar el peor ataque de angustia, la peor regresión a tus defensas mas maníacas, a la mejor de las actuaciones y a las peores mentiras. Fin. Qué terrible el efecto que puede tener en una mente el Fin, y nisiquiera el Fin en si mismo, sino que incluso la ilusión de un fin. 

Me desesperas, me desesperas hasta lo más profundo de mi alma, porque como entenderte si ni tu te entiendes... Explicarte? para qué si no escuchas, o escuchas lo que quieres? me vuelves loca! Loca con tus palabras tragadas, con tus miradas expresivas, con tus acciones contradictorias, con tu falta de vida escondida en un exceso de ella...Cuanto me desesperas! Me dan ganas de tomarte de los brazos y zamarraearte, gritarte, golpearte, besarte, tocarte, no sé, me generas una contradicción tan grande que me dan ganas de matar tu simbolismo en mi mente. Como me desesperas! Tanto así que ni yo se que cresta es lo que me generas...
Tengo ganas de resignificarte !
Quizás simplemente sea mejor armarme de huevo y hacer que se acabe esta maldición...